Si algo caracteriza a las arañas es su capacidad para construir telarañas, las cuales muchas de ellas están hermosamente fabricadas y lucen como verdaderas obras de arte. Para nosotros podrán ser sinónimo de estorbo o suciedad, pero para miles de especies de arañas significa la mejor herramienta para conseguir alimento.
Cabe mencionar que sus técnicas de captura no siempre son con la presencia de telarañas. Muchas otras emplean otro tipo de estrategias para emboscar a sus distraídas presas que una vez cayendo en su territorio, muy difícilmente logran escapar.
Una telaraña implica varias horas de esfuerzo.
Arañas como las de la familia Agelenidae se caracterizan por construir complejas estructuras de abundante seda sin ningún diseño en particular y con un gran distintivo: un hoyo en el centro de la tela o a los lados con forma de embudo. Ahí dentro se esconden para esperar a que algún insecto llegue a posarse. Una vez que lo atrapa, lo lleva dentro de su cavidad oscura para consumirlo con tranquilidad.
Las constructoras de telarañas son muy dedicadas y realizan un arduo trabajo que implica varias horas de esfuerzo. No existe un diseño o forma particular en ellas pero realmente muchas presumen de ser complejas trampas engañosas para sus presas.
Si las arañas observan que algún tipo de insecto no logra quedar atrapada en la red, ellas mismas se encargan de mejorar y reforzar su tejido para que esto ya no sea un problema. Un claro ejemplo lo podemos ver con las resistentes polillas. Estos insectos están equipados con pelos en forma de escamas que pueden desprender con mucha facilidad, lo que les da la oportunidad de liberarse. Para ello, las arañas construyen telarañas orbiculares escalonadas que provocan que la polilla se vaya enredando cada vez más al querer liberarse. Las telas de los géneros de arañas Ordgarius y Deinopis contienen estas increíbles adaptaciones.
Otros tipos de arañas no realizan ningún tipo de construcción en espera de que su alimento llegue por sí solo. Los arácnidos de la familia Salticidae son los ejemplos más comunes de arañas saltadoras, quienes acechan a su presa a una determinada distancia para posteriormente saltarles encima. Este tipo de arañas vive entre flores y hojas y son capaces de realizar saltos de 50 a 60 veces su longitud corporal.
Ciertas familias carecen de quelíceros aserrados, por lo que realizan agujeros pequeños en la cutícula de su víctima para inyectar fluidos digestivos que poco a poco irán disolviendo los tejidos internos del animal. Enseguida se disponen a absorber todos los nutrientes en forma de líquido, mientras por fuera, la presa ya sin vida luce casi intacta.
Los machos no suelen dedicar mucho tiempo a la caza y a la alimentación como las hembras.
Se ha observado incluso que dentro de los mismos tipos de araña se aplican diferentes estrategias de acuerdo con la habilidad de la presa. Por ejemplo, cuando se trata de una mosca la araña se posiciona en un ángulo diferente y salta desde una distancia determinada; en cambio, cuando tiene en la mira a una oruga, se coloca de otra manera y la distancia del salto también varía. Con la mosca los movimientos deben ser precisos y muy rápidos para que no escapen, en cambio, la oruga es de movimientos un poco más lentos que permiten una mejor planeación.
Las observaciones científicas también han identificado diferencias en la cacería que llevan a cabo machos y hembras. Los machos no suelen dedicar mucho tiempo a la caza y a la alimentación, aparte de que deciden atrapar animales mucho más pequeños que las hembras, quienes optan por presas más grandes y se alimentan con mayor frecuencia.
La coloración de muchas arañas se camufla con su medio ambiente. Algunas de gran tamaño que viven entre la hojarasca utilizan su sentido del tacto para sentir vibraciones en el suelo. A veces solo basta con que se mantengan en posición firme durante unos segundos para que la víctima no logre detectar movimiento. Una vez que logra acercarse lo suficiente, la araña lo atrapa en cuestión de segundos sin dar tiempo a que su presa reaccione.
Habilidad en el agua
Arañas de la familia Pisauridae se caracterizan por tener una excelente estrategia para cazar: colocan sus patas en la superficie del agua o incluso caminan sobre ella y con ello detectan la proximidad de sus víctimas. También pueden saltar 15 cm y en caso de huir, son capaces de sumergirse en el agua por unos segundos. Alrededor de 328 especies de arañas capturan de esta manera.
El premio a la mejor estrategia
Phrynarachne decipiens es una araña tropical con una estrategia de caza muy peculiar. Su cuerpo y su color se asemejan al estiércol de las aves, pero aparte de ello, segrega un aroma muy similar al desecho de tales animales, por lo que al colocarse sobre las hojas, luce exactamente como un manchón de excremento. Cuando moscas o mariposas muy confiadas se acercan a alimentarse de ello, son atrapadas bajo el más ingenioso de los engaños.